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Los animales de la selva usan las alcantarillas de las rutas para cruzar sin ser atropellados

En Misiones más de 5.000 animales mueren al año por atropellamiento en rutas que atraviesan áreas protegidas, por ello un grupo de investigadores monitoreó las alcantarillas de las rutas para proponer cruces seguros para especies que se encuentran en peligro como el yaguareté, el tapir, el oso hormiguero y muchos más. Durante el estudio se obtuvieron los primeros registros de yaguareté cruzando la ruta por pasos de fauna en Misiones.

Un reciente estudio en Argentina analiza el uso que le dan los animales silvestres, muchos de ellos amenazados de extinción, a los pasos bajo puentes y alcantarillas de drenaje para lograr cruzar rutas de Misiones, con el objetivo de proponer mejoras en esas estructuras y que puedan funcionar como pasos de fauna seguros y reducir la problemática de atropellamiento de animales silvestres. 

Las rutas son importantes en el desarrollo socioeconómico del país, contribuyen a la economía local y regional, fomentan el turismo, facilitan el comercio y mejoran las comunicaciones entre las personas. Sin embargo, si no se hace un correcto uso y planificación de la infraestructura vial se generan impactos negativos en la naturaleza y se puede poner en riesgo la vida de personas. Sólo en Misiones se estima que más de 5.000 animales medianos y grandes mueren al año por esta problemática en rutas que atraviesan áreas naturales protegidas*.  

Para hacer frente a este problema un equipo de investigadores y técnicos de la Administración de Parques Nacionales, la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico, el Instituto de Biología Subtropical (IBS-CONICET-Universidad Nacional de Misiones) y la Fundación Vida Silvestre Argentina, realizaron un estudio para conocer las especies de mamíferos que utilizan alcantarillas de drenaje y puentes, y evaluar su funcionalidad actual como pasos de fauna. Para luego promover mejoras y adaptaciones de estas estructuras y optimizar su uso por parte de la fauna. 

“El Parque Nacional Iguazú está atravesado por las rutas nacionales 12 y 101, que conectan el Área de las Cataratas, la ciudad de Puerto Iguazú, y el Aeropuerto local.  El intenso tráfico de vehículos entre estos tres puntos hace que, en este importante parque que busca proteger la biodiversidad, se hayan reportado en los últimos 10 años casos de atropellamientos de especies que se encuentran en riesgo de extinción, como yaguaretés, tapires y ocelotes. Mediante cámaras trampa se pudo constatar el uso frecuente del alcantarillado existente por parte de la fauna. Ello despertó el interés en este estudio que se realizó con el objetivo de evaluar y proponer realizar mínimas adecuaciones para favorecer aún más su uso por animales silvestres como paso seguro” mencionó Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina. 

A raíz del alto impacto de los atropellamientos, el equipo de investigadores y técnicos vio una oportunidad: por debajo de las rutas asfaltadas, existen alcantarillas y puentes para el drenaje de cursos de agua permanentes y temporarios, los mismos podrían ser utilizados como pasos para la fauna y contribuir a reducir esta amenaza creciente. Por ello, durante 2022 y 2023 monitorearon con cámaras trampa 34 km con 21 alcantarillas y puentes presentes en las rutas RN12, RN101 y accesos a Cataratas y Aeropuerto (área del Parque Nacional Iguazú y el Parque Provincial Puerto Península), abarcando un estimado de 27200 ha, y se obtuvieron más de 450.000 fotos. Además, se evaluaron 35 sitios de selva cercanos a las alcantarillas para conocer qué especies animales están presentes en sus alrededores y cuáles ya utilizan las estructuras. Este trabajo de investigación es inédito en Argentina, luego del monitoreo continuo por un año y medio y se obtuvieron los siguientes resultados: 

  • Los primeros registros de yaguareté, el felino más grande de nuestro país y en peligro crítico de extinción, utilizando estas estructuras en Misiones, para cruzar rutas. El 30% de las alcantarillas y puentes monitoreados fueron utilizados por al menos 3 individuos diferentes, que son reconocidos por sus manchas o rosetas que son únicas como las huellas dactilares de las personas. 
  • El oso hormiguero, una especie rara en Misiones, amenazada de extinción y vulnerable a los atropellamientos en rutas, utilizó también un 30% de las alcantarillas y tuvo una tasa de registro dentro de las estructuras 6 veces mayor que en los sitios cercanos de selva. 
  • Un 75% de los mamíferos medianos y grandes (mayores a medio kilo) registrados en el área de estudio utilizaron los pasos de fauna (22 de 29 especies). Como el agutí, el aguará popé, la paca, el coatí, el tapetí, la comadreja de orejas negras y el hurón mayor. En las alcantarillas con agua permanente se registró al lobito de río. 
  • Las alcantarillas poseen una funcionalidad limitada para ungulados como tapires, venados y pecaríes, requiriendo mejoras y adaptaciones para aumentar su efectividad en estas especies, o nuevas estructuras, que de lo contrario cruzan por rutas. Los tapires solo utilizaron las alcantarillas y puentes de mayor tamaño (un 15% de las estructuras). La corzuela enana y colorada cruzaron muy pocas veces por las alcantarillas, y los pecaríes no las utilizaron en ninguna oportunidad. 

“Uno de los resultados más sorprendentes de este estudio fue haber obtenido las primeras imágenes de yaguaretés cruzando la ruta por pasos de fauna en Misiones. A pesar del limitado tamaño de algunas de las alcantarillas monitoreadas con las cámaras, hemos podido detectar el cruce en 6 estructuras del Parque Nacional Iguazú y al menos 3 individuos diferentes” describe Diego Varela, responsable de este estudio por el Instituto de Biología Subtropical del CONICET y la Universidad Nacional de Misiones. 

Este proyecto es importante para diseñar y adecuar los puentes y alcantarillas de drenaje para que funcionen como pasos de fauna en la infraestructura vial de Misiones, siendo una propuesta económica en comparación con otras soluciones posibles. Por eso, el equipo a cargo del estudio está trabajando junto al Parque Nacional Iguazú y la Dirección Nacional de Vialidad en una propuesta de acondicionamiento de algunas alcantarillas del área protegida para aumentar su funcionalidad como paso seguro para la fauna silvestre. 

“En los últimos 20 años, la provincia de Misiones ha impulsado la construcción de pasos de fauna y ecoductos en diversas áreas de importancia para la conservación de la biodiversidad. En muchos pasos pudimos comprobar el uso efectivo de la fauna con cámaras trampa. Actualmente el Parque Nacional Iguazú carece de pasafaunas subviales, es por ello que es importante para nosotros evaluar cómo la fauna local utiliza las alcantarillas existentes para proponer mejoras adecuadas a las necesidades de las especies del lugar”, remarca Varela

Sin embargo, pese a la importancia de esta iniciativa, no es ni puede ser la única solución. Para abordar la problemática del atropellamiento de fauna, además de prever la construcción de pasafaunas específicos, es necesario seguir trabajando en medidas de control y penalización del exceso de velocidad, cuya máxima es 60 km/h en áreas naturales protegidas, junto al emplazamiento de reductores físicos de velocidad en áreas donde actualmente se está registrando más mortalidad por atropellamiento (“zonas calientes”). Es fundamental, además, que las personas respeten, y hagan respetar, los límites de velocidad para reducir al máximo esta problemática.  

“La adecuación de las alcantarillas puede ser un paliativo para la situación de atropellamiento mientras tanto es necesario que las autoridades tomen las medidas correspondientes para frenar esta amenaza. El Parque Nacional Iguazú es una de las áreas protegidas más visitadas de nuestro país con casi 1.500.000 personas al año, a quienes les atrae ver y conocer las cataratas, la fauna y la flora. Es necesario poner un freno al atropellamiento de fauna para cuidar y conservar esta área protegida reconocida a nivel global” resaltó Jaramillo. 

Atropellarlos también es extinguirlos, respetemos los límites de velocidad. 


*La estimación se realizó extrapolando los registros de atropellamientos en determinados segmentos de la ruta a los 210 kilómetros que existen dentro de áreas protegidas. De todas se formas podría estar subestimando los números reales ya que no se tiene registro de algunos grupos como los anfibios.  


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